Amasar la historia

Guber Patisserie nace en la ciudad de Buenos Aires en el año 2006. Como con los más célebres emprendimientos gastronómicos, su historia está íntimamente ligada a la de la familia.

Cierto es que el paladar porteño se distingue por no dejar en el anonimato aquello que está destinado a la gloria. Es así que las extraordinarias medialunas Guber estuvieron muy pronto en boca de todos. Muchos clientes cruzaban la ciudad por una docena de medialunas o una torta.

Desde entonces hasta hoy, mucho ha cambiado. Se agrandó la familia, se multiplicaron los locales, se amplió la carta pastelera, se sumó la panadería artesanal y la cafetería

Lo inalterable, cimiento de la empresa, es el arte de preparar y hornear cada producto con el mismo amor y la misma rigurosa exigencia de calidad que el primer día.

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“Amar lo que se hace, apasionarse por la calidad y saber que tu producto es único”.

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El maestro pastelero sabe que la receta de la pastelería que verdaderamente hace la diferencia es mucho más que la suma de algunos ingredientes. Es la obsesión por la calidad y la exactitud, el rigor por los tiempos, un gran respeto por el cliente y sobre todo, el amor y la pasión que se renuevan a diario con las manos en la masa.

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“La maestría pastelera sumada a la intuición nata para los negocios fueron el complemento perfecto para el éxito de Guber.”

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El gran orgullo de estar al frente de Guber Patisserie es poder asegurar las tres variables de calidad diferencial, servicio único y precio amigable aún con el crecimiento y la multiplicación de locales.

La cantidad de clientes que cada vez más eligen la marca para celebrar la dulzura en su mesa, está ahí para confirmarlo.

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“Arte y dulzura todos los días, nuestro mayor compromiso”.

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